La estructura colonial que sostenía al reunión apenas fue esbozada por algunas intervenciones, sobre todo, la del director de la escuela de construcción, que señaló que ya desde la época en que Lagos Escobar era ministro del MOP se realizaron estudios que quedaron en unos cajones o en unas gavetas de la administración. Esto demuestra que existe masa crítica, producida tanto en el Estado como en la Academia, desde hace décadas, y que el acumulado de conocimiento es significativo. De todos modos, ese conocimiento no se traduce en Poder político local. Los universitarios parecen ser consultados en situaciones en que el manejo de la emergencia y de las soluciones no depende de ellos. Consultar no implica vinculo ni compromiso alguno. El colonialismo ministerial se hace ver y establece sus lógicas jerarquizadas como es su costumbre. La posición del municipio resulta casi bochornosa, porque es puesto en situación de dar examen ante un Delegado punitivo que aplica criterios de conveniencia estricta del poder central, superando incluso la habilidad de las autoridades de gobierno regional.
Es cierto: el discurso de los universitarios analiza cuestiones de estrategia general; los autónomos están sumidos en la contingencia, literalmente hablando. Debiera haber unas vías de relación entre unos y otros, porque a los académicos les hace falta la pulsión fina de lo que está ocurriendo en los cerros y los autónomos carecen de un punto de vista totalizador que relaciones el trabajo de la primera línea con el trabajo analítico, que se realiza en una cierta distancia orgánica.
Es muy posible que esto se logre gracias al compromiso directo que están tomando algunas escuelas. Quizás no haya otro modo más eficaz para recoger la experiencia inmediata de las autonomías y convertirlas en situaciones de avance analítico.
Pero este discurso llegará filtrado -como tiene que ser- para llegar a oídos del Delegado, que proviene de un lugar en que el diálogo jamás ha sido la tónica: el MINVU. La clave de su éxito es levantar mediaguas y aplacar toda manifestación de malestar antes del 21 de mayo. En este contexto, para él, tejido social significa población satisfecha en los niveles primarios de la vulnerabilidad. Toda discusión sobre planes estratégicos será subordinada al manejo de las tecnologías de gestión autoritarias a que ya nos tienen acostumbrados los ministerios, garantizados por el patrullaje de los cosacos.
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