miércoles, 13 de marzo de 2013

REGRESO A CASA


Regreso a casa. Ese es el título real de la muestra de Paz Carvajal, Claudia Missana y Ximena Zomosa en CASA E. El título imaginario es Fuera de borde y corresponde a la última etapa de un ciclo de exhibiciones que realizaron estas artistas por varios centros de arte del continente.  La palabra Borde está siendo pronunciada profusamente durante esta semana en Valparaíso. Solo quiero decir que respecto de estas artistas, su preocupación por las fronteras del arte y de las instituciones proviene de una época anterior, en que sostenían el Proyecto de Borde

Su apertura coincide en CASA E con la inauguración de Of bridges and Borders en el PCdV. 
Hay dos cosas que me importan: el trabajo de Ximena Zomosa, la cascada de pelos. Y el de Paz Carvajal: el relato de Penélope escrito en el muro con hilos y tachuelas. Claudia Missana retraza digitalmente las imágenes del viaje; es decir, del ciclo de exposiciones realizadas en el 2012, como una memoria de imágenes portadas de un sitio a otro, de un medio a otro, de un discurso social a un discurso de arte.  En definitiva, estos tres grandes trabajos remiten a la historia de sus filiaciones de obra en la escena chilena.  En otras ocasiones, Ximena Zomosa ha dibujado sobre el muro unos mapas del deseo, empleando tachuelas y cabello humano. Su propio pelo cortado como gesto de cierre.  Este es un trabajo que viene de lejos.  Todo artista que trabaja con la capilaridad define su trato con las filiaciones. Es decir, con el temor a la amenaza de corte. Similar es el procedimiento de Paz Carvajal,  que  con hilo y tachuelas  fija  la trama de un relato que remite a los orígenes del tejido, de la propia textualidad, recurriendo a una historia griega ejemplar.  


Esta semana, en Valparaíso,  las historias griegas permiten re- hacer relatos locales sobre la ausencia y los regresos.  Por un lado, tenemos a la Atenea  del collage de Erick Beltrán. Por otro lado,  disponemos de la Penélope  de Paz Carvajal. Una Penélope que debe dar explicaciones. Ulises –también- debe dar explicaciones por su tardanza. El tejido está ligado a una historia de diferimiento.  Pero el gran ausente dolorido es Telémaco, quien teme que los pretendientes arrasen con su patrimonio. En el fondo, duda de la virtud de su madre y se apresura en encontrar al padre, para acelerar su regreso.  Por omisión, el gran personaje de esta historia es Telémaco, porque expone la angustia de perderlo todo.  De eso se trata. De impedir que todo los relatos se pierdan. Para eso, hay que anudar los retazos de las memorias siguiendo la imagen del “historiador-trapero” (Benjamin).  Es decir, la memoria de los objetos acarreados durante el viaje, indicativos del valor del  procedimiento de trabajo  y de la movilidad  que lo obliga  a operar en lugares para los cuáles no fueron pensados.

Por ejemplo: los brazos que sostienen la maqueta de la propia CASA E. Es un esfuerzo auto-reflexivo que desplaza los procedimientos de traslado de los peregrinos que vienen a Lo Vásquez y que portan en sus espaldas la maqueta de la propia Iglesia, como si dijeran que sobre sus espaldas trasladaran el cuerpo de Cristo. En este caso, los brazos sostienen la maqueta como una parodia que la convierte en animita del arte contemporáneo.   En el arte chileno de los años ochenta, otros brazos, otras muñecas, exhiben otros diagramas gráficos,  para desplazar el lugar de la herida que implica sostener semejante peso domiciliar. 

La exhibición en CASA E concentra obras que regresan a casa y que hablan de las intimidades de unos procesos de trabajo que ponen el énfasis en la micro-historia personal; mientras que en el PCdV se exhiben obras que ingresan a otro tipo de casa,  para interpelar a sus habitantes y delimitar el campo de un debate en que el acento está puesto en la macro-historia del arte y de su relación con sus propios antecedentes.  De qué tipo de casa se trata hablaré en otra ocasión;  pero por de pronto llama la atención  que ninguna de estas obras reivindique  el arte callejero. En verdad, lo que ambas  exposiciones afirman es la existencia de una casa. Tenemos casa, en el arte.

El arte es un asunto de casa. De fachada. De la fachada como diagrama exhibitivo de su completud como casa.  Este es el carácter de ala coyuntura plástica, en Valparaíso, en este  mes  de marzo. 

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