viernes, 15 de febrero de 2013

EL PCdV EN ARCO (2).


Ayer fue inaugurada la Feria de Madrid (ARCO) y continuó el encuentro de museos. La pregunta que recorrió el debate de cierre fue la siguiente: ¿qué significa el conocimiento, dentro del museo?, ¿cuál es su relación con las prácticas artísticas y la información? El museo ya no puede ser un lugar de acumulación de objetos y de información. La diferencia del PCdV con un museo es que no colecciona, sino que dispone de manera directa sus enunciados.



Sin embargo, el PCdV toma  en préstamo al museo el concepto de un lugar de producción y de uso del conocimiento. En esa medida, hemos transformado  la lógica de la exhibición en provecho de la experimentación relacional, poniendo en ejecución un programa de acciones que ratifican nuestra decisión de definir el PCdV como un dispositivo de articulación de un centro cultural, un centro de arte y un centro comunitario. Hay que repetirlo una y otra vez. Porque resulta muy complejo trabajar en esta perspectiva cuando no se desarrolla en la ciudad una musealidad consistente que reformule su rol como instrumento de desarrollo del patrimonio inmaterial.

Es preciso, ante todo,   afirmar el rol del arte como lugar de producción de conocimiento y no como espacio de operaciones de la nueva decoración pública. Mi posición sobre la festivalitis local es suficientemente enfática al respecto. De  modo que en Madrid, al escuchar el  relato de experiencias de Medellín, de Lima, de Eindhoven, en que cada caso -como muchos otros- presenta un abanico de posibilidades  de experimentación institucional a diversos niveles, no hice sino confirmar el hecho de que estamos en el PCdV inmersos en un debate internacional sobre Mediación artística,  manteniendo unos reconocidos  objetivos que hacen del PCdV un espacio de  autonomía compartida, respecto de la especificidad de otros ámbitos locales para edificar una musealidad social. 

El trabajo del PCdV será incompleto si en la ciudad no se desarrolla una musealidad en la que se desarrolle un tipo de conocimiento sobre lo heterogéneo, que debe concitar la participación del mundo universitario, las autonomías artísticas y las comunidades barriales. Esto implica una transformación interna que se traduce en el reconocimiento del museo como  un espacio público que recoge los impulsos democráticos de la población. Es así que el museo deviene operador patrimonial y se erige en lugar de la memoria expandida del presente. Como no existe esa musealidad, el PCdV asume esa tarea de operador patrimonial, pero desde las exigencias de un centro de arte. ¡Y eso cambia radicalmente las cosas!  Porque de inmediato se convierte en un espacio de representación de la sociedad civil; es decir, en un lugar de excepción para producir alianzas entre sociedad civil y sociedad política, de un modo que no  puede ser acogido  en ningún otro lugar.

La utilidad  y el efecto curioso de estos encuentros es que debe uno viajar, para validar este formato de intercambio y confirmar con otros colegas le pertinencia metodológica de nuestras ficciones analíticas.  El debate en el que está inmerso el PCdV ocurre “más allá” de Valparaíso. A esta utilidad se subordina una segunda: constatar los resultados de la internacionalización del arte chileno. Al menos cinco artistas están presentes a través de galerías extranjeras; a lo que se agrega que al menos dos están representados por galerías chilenas, como  Die Ecke y AFA. Sin dejar de mencionar a los chilenos que están en los Solo Projetcs. ¡No está del todo mal!.

Para terminar, esto que puede ser reconocido como informe de función, agrego las conversaciones que el PCdV sostiene con  eminentes personalidades culturales españolas, para realizar  Foro Sur, en octubre de este año, y que consiste en un encuentro sobre coleccionismo, galerismo y editorializad, que reunirá a especialistas de  Argentina, Chile, Perú, España y Portugal. Este es uno de los roles del PCdV como centro de arte, en cuanto a facilitar el debate sobre el estado de situación de estos tres espacios, no solo en la escena local y nacional, sino en la interrelación de éstas con la escena internacional.

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