El suplemento Vivienda
y Decoración (El Mercurio,
Santiago) del sábado 26 de enero publicó la entrevista que Paula Donoso tituló Justo Pastor Mellado: Valparaíso
con ojo de crítico. Su propósito era indagar sobre la
percepción que el director del Parque Cultural de Valparaíso tenía de la ciudad.
Ya no se trataba de exponer la política de programación, sino abordar de qué
manera, un crítico de arte podía llegar a conducir este gran complejo cultural.
Lo cual implicaba, de todos modos, hablar de programación, pero de manera
oblicua. A lo que se agrega una cierta curiosidad sobre cómo he podido resistir
en esta ciudad. Resistir, en todo sentido. De modo que me fue muy grato
discutir con Paula Donoso y responder sus punzantes preguntas. De ahí, el
título: “con ojo de crítico” y no “con ojo crítico”.
Porque lo que quedaba en evidencia era a mi hipótesis de continuidad
analítica con el trabajo de la Trienal y con un desplazamiento de la noción de
patrimonio, en la ciudad donde esta palabra se ha convertido en un fetiche.
Paula Donoso abordó tres cuestiones a la hora
de editar sus apuntes. En verdad, debo agradecerle el haber elaborado un
índice de problemas. Pero voy a reducir los primeros, a tres. Lo que ha
motivado, de partida, la decisión de montar este blog, nada más que para
expandir las reflexiones que aparecen en el índice que ella menciona de manera
implícita.
En
un texto que publiqué en mi sitio web www.justopastormellado.cl en
junio del 2012, bajo el título Tácticas
tácitas, señalé lo siguiente: “La última que subí un texto a
esta plataforma fue en septiembre de 2011. He tenido que guardar silencio. Ha
sido preferible que no se supiera dónde estaba, ni en qué estaba. Una de las
razones para abstenerme de publicar era defender mi posición en la dirección
del Parque Cultural de Valparaíso”. Y concluía: “Ha llegado el momento de hacer
manifiesto los argumentos que sostienen esta política de encuadre”. Me refería
al triángulo metodológico al que hago siempre referencia cuando se trata de
explicar la política del Parque.
Regreso
al texto de junio: “Palabra, Imagen y Cuerpo. En concreto, Amereida
(palabra), Ivens/Francia (imagen) y La perla del Pacífico (bolero: El cuerpo de
la voz)”. Entonces, las tres cuestiones levantadas por Paula Donoso ordenan el
momento analítico. Este es el triángulo en el que sostengo el encuadre del
Parque.
La
primera se refiere a la política de fachada; la segunda al desplazamiento de la
noción de patrimonio; y la tercera a la gentrificación.
El
rigor de las fachadas, en Valparaíso, ha sido disuelto por la saturación
gráfica de la pintura mural. Hay que analizar las condiciones de aparición de
esta saturación. Y eso que saturación es una palabra amable para designar la
des-amabilidad ambiental. Luego, el patrimonio reside en la
representación de la corporalidad que construyen los habitantes, para
distanciar al Parque de la euforia del “turismo con destino patrimonial”. Esto
implica convertir a la ciudad en un museo y en una escenografía teatral. El
asunto es que la musealización y la escenificación invertidas no han sido
suficientes. Finalmente, la gentrificación aparece como una noción que
define por antonomasia la propia política del Parque como dispositivo de
contra-gentrificación.
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